Madre a los 35, realmente esta no era la edad que tenía en mente para que llegarás a nuestras vidas Isaak Josué. Cuando miro a mis amigas, la mayoría están disfrutando la adolescencia e independencia de sus hijos.
Soy tu mamá, casi cuarentona que juega a los trenes contigo, la que aprovecha cada oportunidad para sacar una canción de la nada que te haga sonreír, la que aún puede cargarte.
Quizás no tengo la fuerza de hace 20 años atrás, pero tengo la paciencia para manejar esos días donde te cuesta hacerme caso. Probablemente no podré ir a muchos lugares y darme la vida de muchas de mis amigas, pero ha Dios le ha placido que estés con nosotros para este tiempo, que seas testigo de nuestro propósito de vida.
Esta no es la vida que pensé o imaginé para ti, pero los pensamientos de Dios para nosotros siempre serán mejores que los nuestros.
Soy tu mamá de casi 40 que te ama, que se tira contigo por la chorrera, la que orgullosamente te lleva a todas partes. Que se pone nerviosa cuando saltas en los muebles, que prefiere comprarte un tren en vez de un par de pantallas para mí.
Soy tu mamá que te trajo a los 35 años, que te duerme en sus brazos, que entre palabra, música y cámaras en casa te está enseñando a no tener miedo a muchas cosas. Que sientas la alegría de vivir para el Señor y el valor de caminar en el sueño de Dios. Soy una mamá de casi 40 que está aprendiendo a hacer ministerio sin poner como excusa su familia, como familia caminamos juntos. Cruzaremos fronteras, conoceremos nuevas personas, enfrentaremos muchos retos en el camino, pero lo más que disfruto es que voy acompañada de alguien que me dice mamá. Ese pequeño y gran chico es un instrumento de Dios para recordarme a diario que Dios hace milagros. Son sus besos y abrazos los que muchas veces me hacen sentir el beso del cielo.
Soy bendecida en ser tu mamá, este regalo sólo me lo pudo otorgar Dios. Soy tu mamá y siempre estaré orgullosa de serlo.
¡Felicidades a ti mujer, que tienes la dicha de ser madre!
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