
No siempre le vemos algo positivo a la oscuridad, pero la realidad es que el éxito de un buen vino, de la fragancia de un buen aceite, depende de cuanto tiempo ha permanecido sin ser expuestos a la luz.
En nuestras vidas como creyentes, pasa de igual forma. Dios nos lleva a momentos de quietud, de oscuridad, para ser transformados, recibir algo que es necesario para que seamos efectivos en cumplir su propósito.
“Te daré los tesoros ocultos, y las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que soy yo, el Señor, Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.”
Isaías 45:3 LBLA
Muchas veces no entendemos estos momentos, pero son procesos de aprendizaje, sanidad y transformación necesarios. En diferentes etapas de vida, Dios me ha llevando a tiempos de oscuridad, de estar en lo secreto de su presencia. Estas temporadas han sido esenciales para mí porque me han permitido continuar sanando, fortalecer mi carácter y recibir fuerzas nuevas para la nueva jornada.
No sé para quién estaré escribiendo esto, pero hoy te animo a dejarte procesar en medio de este tiempo de permanente en lo secreto, en la oscuridad, donde serás moldeado en las manos de Dios. No te desanimes, no tengas prisa en salir, deja que Dios hago lo que tú necesitas recibir y en su tiempo perfecto será evidente para todos lo que Dios hizo en tu vida.
Valora este tiempo, sé paciente y no te resistas al trato de Dios. Aunque hoy solo ves oscuridad, en el tiempo perfecto, saldrá a la luz lo que Dios hizo en tu corazón. ¡De este proceso algo hermoso surgira!
Si este mensaje te ha bendecido, te invito a compartirlo.
Comments