La esposa de Potifar y Dalila
“lo agarró de la túnica y le ordenó: ―¡Acuéstate conmigo! Él salió corriendo, pero ella logró echarle mano del manto y se lo quitó” (Génesis 39:12 NBV).
No conocemos el nombre de esta mujer, pero si fuéramos a darle uno a la esposa de Potifar, sería Seducción. Esta mujer casada, puso sus ojos en José y quería convencerlo en que sostuviera una relación íntima con ella. Vemos como el hecho de que José no accedió a su petición fue su boleto de entrada a la cárcel. El código moral de esta mujer es cuestionable, ya que no tuvo ninguna vergüenza en hacer esta petición al hombre más confiable para su esposo.
Ninguna de nosotras esta lejos de caer en la trampa de la seducción, pero estará más lejos de nosotras si hemos determinado nuestro código moral o nuestros límites para guardar nuestra integridad, incluyendo nuestra sexualidad. La sociedad promueve la sensualidad y podríamos deducir que es aceptable. Es visible en las redes sociales. Es en este punto, donde debemos preguntarnos cuales serán nuestro límites para no cruzar la línea que nos puede llevar al pecado.
En Jueces 16:18-22 vemos a otra mujer, que usando la estrategia de la seducción y la presión constante de sus palabras, logró conocer el secreto de la fuerza de Sansón. Dalila, la cual su nombre significa la que tiene la llave, dando honor a su nombre usó su coquetería para lograr su objetivo.
¿Cómo es posible, que siendo tan obvia la intención de Dalila, Sansón cedió ante su constante presión? Por tres ocasiones, Sansón engañó a Dalila mintiendo sobre el secreto de su gran fuerza. Cada día ella presionaba con sus palabras, hasta que Sansón cedió y le abrió todo su corazón revelándole el secreto de su fuerza.
Como mujeres debemos tener cuidado de no movernos bajo el mismo espíritu de Dalila. Dios nos ha dado llaves de influencia y es nuestra responsabilidad usarlas de la forma correcta. Dalila usó esa llave para presionar a Sansón al punto donde su ánimo decayó y lo angustió de tal forma que deseaba morir (Jueces 16:16).
Tanto la esposa de Potifar como Dalila, usaron la llave de la seducción buscando un objetivo en mente. La Palabra nos advierte lo siguiente:
Proverbios 2:16 DHH
Te librarán también de la mujer ajena, de la extraña de palabras seductoras
Proverbios 21:9 LBLA
Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una casa con mujer rencillosa.
Proverbios 21:19 NTV
Es mejor vivir solo en el desierto que con una esposa que se queja y busca pleitos.
Proverbios 27:15 NBV
Como gotera continua en tiempo de lluvia es la mujer que siempre discute.
Muchas veces expresamos yo nunca haría esto, pero si no estableces de que forma guardarás tu vida, es muy probable que llegue la tentación y no sepas cómo manejarla. Nunca pensamos en establecer nuestro propio código de ética, el cual guardará nuestra vida y nos ayudara a preservar nuestra integridad y a mantener un buen nombre.
No basta con decir, “yo nunca voy hacer esto”, es necesario definir lo que no te permitirás a ti misma con tal de mantener tu integridad y carácter. Hay cosas en mi vida que yo misma he establecido mis límites con tal de mantener un buen nombre, guardar mi matrimonio, mi familia y ministerio.
Te exhorto a usar correctamente las llaves de influencia que Dios ha puesto en tus manos. Te animo a establecer tus límites que darán forma a tu código de ética de vida. Esto formará tu carácter, guardará tu integridad, te mantendrán lejos de la tentación y serán parte de tu legado a la próxima generación.
Nuestra sociedad no necesita mujeres sensuales, necesita mujeres de carácter. Tu has sido llamada para un tiempo como este. ¡Acepta el reto! Se una mujer de carácter, que mantiene su dignidad y enfrenta confiada el futuro (Proverbios 31:24).
Recuerda lo que dice Proverbios 31:30, la hermosura es engañosa, la belleza es una ilusión; ¡sólo merece alabanzas la mujer que teme a Dios!
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